¿Por qué cantamos? Muchas veces servimos en la Iglesia con música y entusiasmo, pero sin detenernos a preguntarnos qué nos mueve. Este texto nos invita a reflexionar sobre lo urgente y lo verdaderamente vital: el encuentro personal con Dios. Solo quien ha sido tocado por su amor puede cantar y hacer cantar con autenticidad.
El Encuentro Personal con Cristo: el corazón del Kerigma
El Kerigma despierta en el corazón del evangelizado el deseo de encontrarse con Cristo. Ese encuentro personal no es una obligación, sino una respuesta libre al amor de Dios. Este post explica por qué es esencial guiar a cada persona hacia ese momento de decisión, y cómo el camino continúa con la formación del discípulo.
Evangelizar con pasión en el nuevo milenio
La nueva evangelización no es tarea de unos pocos, sino misión de todos los bautizados. En este comienzo del milenio, la Iglesia está llamada a anunciar con pasión, enraizada en la Palabra y abierta a todas las culturas. Con el ejemplo de los mártires y la fuerza del Espíritu, es tiempo de responder: “¡Ay de mí si no predico el Evangelio!” (1 Co 9,16).
Misión Sagrado Corazón
Durante el mes de junio de 2025, a partir de la 2da semana, se visitó una escuela primaria y algunas otras instituciones públicas, como el […]
Misión casa por casa en Jujuy
El 29 de junio de 2014 se misionó el barrio Obrero de Libertador General San Martín y el 7 de julio de 2024 en los […]
Anunciar la Buena Nueva con respecto al pecado
Anunciar la Buena Nueva con respecto al pecado Podríamos preguntarnos ¿Cómo hizo San Juan Bautista su anuncio: ‘He ahí el Cordero de Dios, que quita […]
Comunidad Evangelizadora
Comunidad Evangelizadora Evangelizar, «proclamar la Buena Nueva a toda la creación» (Mc.16,15), es un mandato dado por Dios a todo cristiano y la razón de […]
Valentía para evangelizar
Valentía para evangelizar. Una de las maneras más rápidas para meterse en dificultades es dedicarse a hacer el bien. Pero los problemas se agravan al […]
Evangelizando con el Poder del Espíritu Santo
No se puede evangelizar con eficacia sin la fuerza del Espíritu Santo. Jesús nos pide «aguardar la Promesa del Padre» porque es el Espíritu quien transforma corazones y da poder a nuestras palabras. Sin Él, la misión se debilita; con Él, la evangelización se vuelve dinámica, valiente y fecunda.
